miércoles, 28 de diciembre de 2016

El Egoismo


El Egoismo

Las personas egoístas son esclavas de sí mismas. Viven tan centradas en ellas que se olvidan de los demás y de sus necesidades, sólo piensan en sí mismas, en cómo satisfacer sus deseos y en cómo lograr sus objetivos.
1. ¿Qué es el egoísmo?
La Real Academia Española de la Lengua define el egoísmo como un inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
Podríamos definirlo, por tanto, como una forma de ser y de actuar centrada en uno mismo, en las propias necesidades y deseos y que carece de interés por los demás, por su mundo, sus sentimienmtos o sus necesidades.
El egoísmo nos lleva a querer todo para uno mismo con independencia de los intereses ajenos.
A estas personas no le interesa ser consciente de las necesidades ajenas y, en el caso de serlo, daría igual porque no se preocuparían por ellas. 
2 Egoísmo y educación
Es frecuente que estas personas hayan recibido en su infancia una educación excesivamente estricta y crítica, o bien una educación con escasas atenciones y cuidados, o que hayan tenido unos padres egoístas que han transmitido a sus hijos su forma de vivir y entender la vida, pensando exclusivamente en ellos mismos y en sus propios intereses sin tener en cuenta a los demás.
Esto no significa que todas las personas que hayan recibido este tipo de educación sean egoístas, sino que los predispone más a este tipo de carácter.
La mayoría de los padres tratan de educar a sus hijos enseñándoles a ser honestos, complacientes, justos, responsables, etc. Esto es algo positivo pero se desvirtúa y se convierte en una actitud egoísta cuando se realiza en beneficio propio en vez de por razones que no sean del propio interés, como querer sentirnos bien con nosotros mismos o porque nos resulta gratificante.
Otra actitud que se torna egoísta y que está muy extendida en nuestra sociedad es cuando pensamos según la siguiente expresión: "no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti porque si no, probablemente te lo harán". En este sentido tratar bien a los demás o preocuparnos por ellos es por temor y no por verdadero interés.
3. Características de las personas egoístas
Son personas que encuentran gran satisfacción en su forma de ser y actuar, están tan pendientes de sí mismos que se olvidan del prójimo.
Son arrogantes, se dan excesiva importancia y no tienen en cuenta las opiniones ni puntos de vista de los demás. 
Son pretenciosos, pretenden destacar por encima de todos y desean ocupar siempre un lugar destacado. Cuando algo sale mal tienden a culpar a los demás, convenciéndose a sí mismos de que el error ha sido del otro. De esta forma refuerzan su propio ego al observar, según ellos, la equivocación de la otra persona.
Sólo les interesa sus propios objetivos y si para ello tienen que utilizar al prójimo en su propio beneficio, no dudarán en hacerlo. Actúan exclusivamente pensando en su propio interés.
No piensan en la posibilidad de prestar ayuda a los demás y tranquilizan su conciencia pensando que nadie le ayudaría a ellos en situaciones similares o en los momentos difíciles.
Son personas frías, no transmiten afectos. Son exigentes. Exigen que los demás les traten con respeto y consideración, y a pesar de que este trato sería normal, el egoísta considera que él se lo merece en grado sumo. Considera que quienes le rodean deben valorar y reconocer sus méritos.
4. Reflexiones sobre el egoísmo
Es muy importante que tengamos en cuenta que el egoísmo es destructivo y que acaba con lo mejor de cada persona. Si somos egoístas nos olvidamos de practicar virtudes como la humildad, generosidad, empatía, comprensión, etc.
El egoísmo nos convierte en seres hostiles y desagradables a los demás. Cuando somos dominados por el egoísmo vemos los errores y las limitaciones de los demás y justificamos los nuestros. Somos injustos con los demás</B> y no reconocemos que nuestra actitud no es la adecuada.
Las personas que actúan egoístamente se van quedando solas a lo largo del tiempo, carecen de amigos, nadie desea estar con ellos porque son incapaces de compartir y de ver más allá de sí mismos.



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