sábado, 25 de febrero de 2017

A cuatro Leguas de Pinto

A Cuatro Leguas de Pinto

A cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo,
existe un castillo viejo que edificó Chindasvinto! 
Pertenecía a un gran señor algo feudal y algo bruto
y su esposa Leonor.y Cunegunda su hermana y su madre Berenguela 
y una tía de la abuela que atendía por Mariana.y su cuñado Vitelio 
pasión raya en locura y Cleopatra su tía, y su nieta Rosalia 
y su hijo mayor Rogelio. 
Era una noche de invierno, 
noche fría y tenebrosa, noche atroz, noche de infierno, 
noche triste, noche helada, noche llena de amargura, 
noche infausta, noche airada, noche tétrica y oscura. 
En un gótico salón, dormitaba Sisebuto, 
y un lebrel seco y enjuto roncaba en el portalón.
Con gemidos lastimeros, afuera el viento silbaba e imponente se escuchaba, 
el ruido del aguacero
Cabalgando en un corcel de color verde botella 
llega al castillo un doncel; raudo como una centella.
Empapada trae la ropa por efecto de las aguas 
como no lleva paraguas, llega el pobre hecho una sopa. 
Salta al foso; llega al muro. 
La porterna esta cerrada ¡me ha dado mico mi amada! 
exclama ¡vaya un apuro!. 
En esto siente que resbala algo sobre su cabeza, 
alza la mano y tropieza con las cuerdas de una escala.
¡Ha!-dice con fiero acento ¡ha!-vuelve a decir gozoso 
¡ha!-repite victorioso ¡ha!-otra vez y así hasta ciento.
Trepa que trepa que trepa sube que sube en brazos cae de un querube, 
la hija del conde: la Pepa, que en lujoso camarín introduce a su adorado 
y al notar que está mojado, lo seca bien con serrín.
Lisardo..¡mi bien! ¡mi anhelo! único ser al que yo adoro, 
el de la nariz de cielo y los cabellos de oro.
¿Que sientes Lisardo mio? ¿que sientes Lisardo amado? 
¿no sientes nada a mi lado? 
y el responde, ¡siento frío! ¿frío tú? ¡eso me espanta! 
¿no llevarás camiseta verdad? pues toma ponte esta manta.
Y ahora hablemos del cariño que a nuestras almas dislocayo te adoro como un niño 
y yo te amo como una loca.
Mi pasión raya en locura y la mía en arrebato,
Si tu me dejas me mato 
si me olvidas me hago cura ¡cura tú! 
¡por Dios bendito! no repitas esas frases en jamás de los jamases ¡pues estaría bonito!.
Hija soy de Sisebuto desde mi más tierna infancia 
y aunque es mucha mi arrogancia 
y aunque mi padre es muy bruto y aunque se a lo que me expongo, 
Huyamos, vamos al Congo a ocultar nuestros amores.
Bien dicho, bien has hablado huyamos 
aunque se enojen y si algún día nos cogen, que nos quiten lo bailado.
En esto un ronco ladrido oyese potente y fiero 
¿oyes? dice el caballero; es el perro que me ha olido.
Se abre una puerta escusada 
y cual terrible huracán entra un hombre luego un can luego nadie, luego nada.
Hija infame ! ruge el conde ¿Que haces con este señor? 
¿ Donde has dejado mi honor? ¡donde donde donde donde! 
¡y tu cobarde villano! antipático,¡ repara ! 
como señalo tu cara con los dedos de mi mano. ¡ 
Luego sacando un puñal ¡ clavole el cortante acero ¡ junto a la espina dorsal.
El joven naturalmente, la diñó como un conejo ella frunció el entrecejo 
y enloqueció de repente.
También quedó el conde loco de resueltas del espanto 
y el perro no llegó a tanto pero le faltó muy poco.
Aquí termina la historia verídica, interesante, romántica fulminante, 
estremecedora, horrenda, que de aquel castillo viejo entenebrece el recinto 
a cuatro leguas de Pinto, y a treinta de Marmolejo.

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