La
formación ecologista PETA (People for the Ethical Treatment of Animals),
conocida en Pamplona por sus ya tradicionales encierros “en cueros”, es
considerada por la administración Obama como “grupo terrorista” o con “intereses
terroristas”.
Los PETA forman ya parte de la fauna presanferminera y sus
protestas reunen en la capital navarra todos los años (salvo por prohibición
consistorial) en los días previos de San Fermín a un buen puñado de guiris y
vecinos callejeando por los 800 metros del recorrido del encierro como vinieron
al mundo para reclamar un trato digno a los animales.
Ahora el Departamento de
Agricultura de los EEUU ha decidido incluirlos como “amenaza terrorista” y los
ha nombrado como tal en una lista de una circular que ha enviado a los
agricultores de Norteamérica. En este documento los agricultores deben indicar
entre otros aspectos por cuál de las siguientes organizaciones sienten su
actividad más amenazada y por cuales han sufrido ataques en los últimos cinco
años, además de incluir la opción del terrorismo internacional aparecen otras
opciones clasificadas como “ataques de grupos nacionales con intereses
terroristas”.
Aquí es donde PETA aparece en una lista en la que mencionan otras
organizaciones ecologistas de reconocida actividad violenta como el Frente de
Liberación Animal (ALF, en inglés), el Frente de Liberación de la Tierra (ELF) o
la Liga de la Defensa Animal (ADL). Algunos de estos grupos han sido perseguidos
por el FBI por sus ataques y actividades. En Pamplona y en Europa, los
activistas de PETA son conocidos por sus polémicos actos reivindicativos, pero
hasta ahora todos ellos se han organizado de forma pacífica y no violenta. Y
jamás han dado signos de violencia o ataques alguno contra la integridad de
bienes o personas. Por el momento, desde PETA no han hecho ninguna declaración
oficial. Además la organización cuenta tanto en Europa como en Estados Unidos
con el apoyo de actores, actrices y artistas de diferentes ámbitos.
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