martes, 28 de febrero de 2017

Defectos de la vista


Defectos de la vista

¿Es usted miope, hipermétrope o padece astigmatismo?
Repasaremos brevemente los distintos tipos de defectos de refracción o defectos de la vista. Básicamente, estos defectos se clasifican según la localización de la imagen respecto a la retina o capa más interna del ojo, que es la que recoge las imágenes proyectadas desde la pupila:
Hablamos de miopía cuando la focalización de las imágenes se produce por delante de la retina. Esta situación produce un desenfoque de los objetos lejanos y, por consiguiente, el enfermo no ve bien de lejos.
Hipermetropía. Hablamos de hipermetropía si la focalización se produce por detrás de la retina. En este caso, el desenfoque de los objetos lejanos suele compensarse con la llamada acomodación del cristalino y la visión borrosa se produce al intentar enfocar objetos cercanos. El enfermo no ve bien de cerca.
Astigmatismo. Por último, el astigmatismo está causado por una diferencia de curvatura de los meridianos o ejes principales del ojo y la focalización de las imágenes en la retina no se produce en un solo punto, sino en dos puntos diferentes. El desenfoque afecta tanto a la visión lejana como a la visión próxima y será de mayor o menor magnitud en función de la posición de estos dos puntos de focalización respecto a la retina.
Condiciones para que la intervención sea un éxito. El éxito de la llamada cirugía refractiva en un paciente (intervenciones quirúrgicas de los defectos de refracción o visuales) depende en gran medida de una indicación correcta de la misma. En muchas ocasiones puede ser complejo decidir si un paciente es candidato a este tipo de intervención y cuál debe ser la técnica idónea en cada caso. La indicación quirúrgica puede ser difícil porque exige la individualización de los pacientes, es decir, cada paciente tiene un problema muy concreto y necesita una solución personalizada; existe un amplio abanico de técnicas quirúrgicas; y se están produciendo innovaciones técnicas constantemente.
Antes de llevar a cabo una intervención quirúrgica de este tipo es imprescindible en primer lugar evaluar la estabilidad en la graduación. A continuación, será importante establecer los antecedentes de enfermedad y de operaciones previas de los ojos, así como las contraindicaciones generales que pueda presentar el enfermo, clasificándolas en absolutas y relativas.
Contraindicaciones absolutas. Serían contraindicaciones absolutas para ser intervenido quirúrgicamente de los ojos con estas técnicas el embarazo y los trastornos psicóticos o trastornos graves de la personalidad.
Contraindicaciones relativas. Serían contraindicaciones relativas determinadas enfermedades generales como las autoinmunes, la epilepsia en el último año, las cicatrices queloides, seis meses antes y después del embarazo y durante la lactancia, los trastornos neuróticos y moderados de la personalidad y el coeficiente intelectual muy bajo.
En cualquier caso, una máxima de los oftalmólogos es contraindicar la operación ante cualquier situación que pueda comprometer el éxito quirúrgico. Se ha demostrado que una mala indicación de la intervención incrementa el riesgo de las complicaciones.
Requisitos para poder operarse. Básicamente, los criterios de selección de un paciente para ser sometido a cirugía refractiva son dos: Edad superior a 18 años, por considerar finalizado el proceso de crecimiento ocular a esa edad. El defecto visual debe ser estable, es decir, no debe haber variado más de una dioptría en el año previo a la intervención.
Técnicas de cirugía refractiva. A la hora de elegir el tratamiento quirúrgico es importante tener en cuenta que no se debe generalizar ya que el camino a seguir dependerá de múltiples factores, no sólo científicos o médicos, sino también de las características, exigencias y expectativas de cada paciente.
Son muchas las técnicas empleadas en este tipo de intervención. De ellas destaca por su importancia la llamada Laser in situ Keratomileusis (en español queratomileusis in situ) con láser excímer. La palabra queratomileusis procede del griego keratos (córnea) y smileusis (esculpir) y significa esculpir la córnea. Básicamente consiste en la modificación de la curvatura corneal anterior, cambiando el grosor de la córnea. Con esta técnica se consigue la modificación de la curvatura corneal y, por tanto, de su poder de dioptrías mediante la eliminación de capas de la córnea con el láser excímer. Se usa fundamentalmente para tratamiento de la miopía, pero también puede usarse para el de los otros defectos de refracción si el oftalmólogo lo considera adecuado.

Dr. Salvador Pertusa Martínez , especialista en Medicina Familiar y Comunitaria


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