Defectos de la vista
¿Es usted miope, hipermétrope o padece
astigmatismo?
Repasaremos brevemente los distintos tipos de
defectos de refracción o defectos de la vista. Básicamente, estos defectos se
clasifican según la localización de la imagen respecto a la retina o capa más
interna del ojo, que es la que recoge las imágenes proyectadas desde la
pupila:
Hablamos de miopía cuando la focalización de las imágenes se produce
por delante de la retina. Esta situación produce un desenfoque de los objetos
lejanos y, por consiguiente, el enfermo no ve bien de
lejos.
Hipermetropía. Hablamos de hipermetropía si la focalización se produce por detrás de
la retina. En este caso, el desenfoque de los objetos lejanos suele compensarse
con la llamada acomodación del cristalino y la visión borrosa se produce al
intentar enfocar objetos cercanos. El enfermo no ve bien de
cerca.
Astigmatismo. Por
último, el astigmatismo está causado por una diferencia de curvatura de los
meridianos o ejes principales del ojo y la focalización de las imágenes en la
retina no se produce en un solo punto, sino en dos puntos diferentes. El
desenfoque afecta tanto a la visión lejana como a la visión próxima y será de
mayor o menor magnitud en función de la posición de estos dos puntos de
focalización respecto a la
retina.
Condiciones para que la intervención sea un
éxito. El éxito de la llamada cirugía refractiva en un
paciente (intervenciones quirúrgicas de los defectos de refracción o visuales)
depende en gran medida de una indicación correcta de la misma. En muchas
ocasiones puede ser complejo decidir si un paciente es candidato a este tipo de
intervención y cuál debe ser la técnica idónea en cada caso. La indicación
quirúrgica puede ser difícil porque exige la individualización de los pacientes,
es decir, cada paciente tiene un problema muy concreto y necesita una solución
personalizada; existe un amplio abanico de técnicas quirúrgicas; y se están
produciendo innovaciones técnicas constantemente.
Antes de llevar a cabo una intervención
quirúrgica de este tipo es imprescindible en primer lugar evaluar la estabilidad
en la graduación. A continuación, será importante establecer los antecedentes de
enfermedad y de operaciones previas de los ojos, así como las contraindicaciones
generales que pueda presentar el enfermo, clasificándolas en absolutas y
relativas.
Contraindicaciones absolutas. Serían
contraindicaciones absolutas para ser intervenido quirúrgicamente de los ojos
con estas técnicas el embarazo y los trastornos psicóticos o trastornos graves
de la
personalidad.
Contraindicaciones relativas. Serían contraindicaciones relativas determinadas
enfermedades generales como las autoinmunes, la epilepsia en el último año, las
cicatrices queloides, seis meses antes y después del embarazo y durante la
lactancia, los trastornos neuróticos y moderados de la personalidad y el
coeficiente intelectual muy bajo.
En cualquier caso, una máxima de los oftalmólogos
es contraindicar la operación ante cualquier situación que pueda comprometer el
éxito quirúrgico. Se ha demostrado que una mala indicación de la intervención
incrementa el riesgo de las
complicaciones.
Requisitos para poder operarse. Básicamente, los criterios de selección de un paciente para ser
sometido a cirugía refractiva son
dos: Edad
superior a 18 años, por considerar finalizado el proceso de crecimiento ocular a
esa edad. El
defecto visual debe ser estable, es decir, no debe haber variado más de una
dioptría en el año previo a la
intervención.
Técnicas de cirugía refractiva. A la hora de elegir el tratamiento quirúrgico es
importante tener en cuenta que no se debe generalizar ya que el camino a seguir
dependerá de múltiples factores, no sólo científicos o médicos, sino también de
las características, exigencias y expectativas de cada paciente.
Son muchas las técnicas empleadas en este tipo de
intervención. De ellas destaca por su importancia la llamada Laser in situ
Keratomileusis (en español queratomileusis in situ) con láser excímer.
La palabra queratomileusis procede del griego keratos (córnea) y smileusis
(esculpir) y significa esculpir la córnea. Básicamente consiste en la
modificación de la curvatura corneal anterior, cambiando el grosor de la córnea.
Con esta técnica se consigue la modificación de la curvatura corneal y, por
tanto, de su poder de dioptrías mediante la eliminación de capas de la córnea
con el láser excímer. Se usa fundamentalmente para tratamiento de la miopía,
pero también puede usarse para el de los otros defectos de refracción si el
oftalmólogo lo considera
adecuado.
Muy interesante...
ResponderEliminarHola Mark, que tal?
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