jueves, 2 de febrero de 2017

Zapatos nuevos

Zapatos duros: Cuando la piel de los zapatos o sandalias nuevas es demasiado dura y causa roces o duricias, puedes ablandarla ligeramente si pones los zapatos sobre un recipiente en el que haya agua hirviendo durante un par de minutos. El vapor penetrará en el cuero y hará que la piel se estire. Ponte luego los zapatos y llévalos puestos durante un buen rato. Así les darás forma y los ablandarás.

Elegir bien tu calzado: El zapato debe amoldarse al pié y no al revés, descarta el que no sea cómodo a la primera, no te creas eso de, "el pié se acostumbrará". Ve a comprarlo por la tarde (el pié adulto aumenta un 4% de volumen a lo largo del día). Elige un zapato de materiales transpirables y flexibles, que respete el movimiento natural del pié y permita el apoyo natural de toda la planta. El tacón no debería superar los 2 cm para mantener relajado el tendón de Aquiles y evitar atrofias musculares.

Zapatos que aprietan: Póntelos con unos calcetines gruesos. Aplica calor con un secador en las zonas que te aprieten durante unos minutos. No te quites los zapatos hasta que se enfrien. Póntelos con tus calcetines habituales, notarás la diferencia. Si lo que te aprieta son las tiras de una sandalia, frota su interior con crema hidratante.

LA PUNTERA DEL ZAPATO es recomendable que sea un centímetro mas larga que el dedo gordo, para que los dedos se muevan fácilmente.

Limite aconsejable de los tacones, está en cuatro centímetros, ni uno mas. Si te pasas de esa altura, tus dedos se resentirán, y también la columna.

El talon y el empeine deben de quedar bien sujetos, además de evitar posible esguinces, te salvarán de las rozaduras.

Zapatos nuevos. Durante los tres primeros días que los calces no los lleves mas de tres horas seguidas.

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