No puedes amar a nada ni a nadie a menos que antes lo respetes.
La primera persona que merece tu respeto eres tú.
Para recuperar el respeto por ti mismo, hazte la pregunta: ¿Qué respeto en mí?
Para respetar a los demás, incluso a las personas que te desagradan, pregúntate: ¿Que respeto de ellos?
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