Una ancianica de 88 años creyéndose morir, llama a su esposo de 90 años al dormitorio y le dice:
- Felipe, Felipe, me estoy muriendo..
El anciano le responde cariñosamente:
- No seas tonta mi amor. Es un mal pasajero, no le des importancia.
- No, esta vez va en serio. Y no quiero irme sin entregarte algo - dice la anciana -. Por favor abre el armario y saca una caja de madera que está oculta debajo de la ropa de verano.
El esposo cumple con lo indicado y encuentra la caja.
- Abrela - pide su esposa con un hilo de voz.
El anciano lo hace y encuentra dentro de la caja tres huevos y 100.000 euros. Entre alborozado y extrañado pregunta:
- Mi amor, ¿que son estos tres huevos?
La anciana responde:
- No quiero irme sin contarte un secreto. Cada huevo representa las veces que quedé insatisfecha en nuestras relaciones sexuales.
El anciano comenta entre, satisfecho y orgulloso:
- Que bueno, solo tres veces en casi 60 años de matrimonio.
Y enseguida pregunta:
- ¿Y estos 100.000 euros?
La anciana toma dulcemente la mano de su esposo y con un suspiro le confiesa:
- Cada vez que juntaba una docena de huevos los vendía..
- Felipe, Felipe, me estoy muriendo..
El anciano le responde cariñosamente:
- No seas tonta mi amor. Es un mal pasajero, no le des importancia.
- No, esta vez va en serio. Y no quiero irme sin entregarte algo - dice la anciana -. Por favor abre el armario y saca una caja de madera que está oculta debajo de la ropa de verano.
El esposo cumple con lo indicado y encuentra la caja.
- Abrela - pide su esposa con un hilo de voz.
El anciano lo hace y encuentra dentro de la caja tres huevos y 100.000 euros. Entre alborozado y extrañado pregunta:
- Mi amor, ¿que son estos tres huevos?
La anciana responde:
- No quiero irme sin contarte un secreto. Cada huevo representa las veces que quedé insatisfecha en nuestras relaciones sexuales.
El anciano comenta entre, satisfecho y orgulloso:
- Que bueno, solo tres veces en casi 60 años de matrimonio.
Y enseguida pregunta:
- ¿Y estos 100.000 euros?
La anciana toma dulcemente la mano de su esposo y con un suspiro le confiesa:
- Cada vez que juntaba una docena de huevos los vendía..
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